miércoles, 29 de agosto de 2012

¿SABER O IGNORAR?

Hace poco me preguntaron :
-¿Qué prefieres saber o ignorar?
No tarde mucho en decidirme.
- Creo que aunque soy curiosa y siempre escojo saber es mejor ignorar. Porque si ignoras puedes ignorar todo aquello que perturbe tu felicidad. Todo lo que sepas de más hará que te alejes del mundo de la fantasía y de la felicidad. O también llamado el mundo de la niñez.
Aunque parezca una tontería preferiría ignorar muchas cosas que conozco, esas cosas se aprende porque se va creciendo porque ya no te dejan ignorar detalles que sin saberlas conseguirías vivir de una forma más feliz. Por eso los niños son tan felices porque son ignorantes de muchas cosas. Les envidio porque son capaces de sorprenderte con lo que saben... son capaces ignorar lo que parece más evidente como que una alfombra solo es para decorar y son capaces de saber que en la película aladín había una alfombra mágica como esa. Y comienzan a imaginar mil divertidas aventuras al rededor del mundo.
Así que creo que preferiría ignorar todo y eso me ayudaría a ser feliz pero como al ser humano nos gusta sufrir, a ello se debe que si alguien tiene la elección de saber o ignorar escojerá saber aunque se equivoqué.

sábado, 25 de agosto de 2012

Ahora me doy cuenta de que los para siempre no son de verdad

Me doy cuenta tarde de que cuando alguien te dice que te querrá para siempre, es una simple mentira. Al igual que lo de nunca te olvidaré. No son más que meras artimañas para tener contenta a la gente y hacerla sentir especial aunque luego en realidad no es nada más que una persona más o  nos preocupe.
Es como en lo matrimonios cuando el cura dice ''hasta que la muerte os separe'' y la pareja acepta, es un único tramite porque si no no habría tantos divorcio, separaciones...
Cuando alguien te dice que te quiere para siempre es para contentarte y que igual no lo siente de verdad. Voy aprendiendo de la gente, no es capaz de comprender la repercusión de las palabras en otras personas. Quizás sean porque de verdad ignoran su significa, que no lo valoren o que no den importacia a la gente que se lo dice. Odio a esa gente que dice palabras por decir, que las escriben sin comprender su verdadero significado o directamente sin valorarlo.
Lo peor es que yo si valoro las palabras, para mí expresan el significado que tienen. Si un día digo a alguien te odio es por algún motivo fuerte o porque hayas hecho algo malo en algo con mucho valor para mí.
Pero si te digo que te quiero es porque ya no puedo aguantar las ganas que tenía de decírtelo porque ese sentimiento era demasiado intenso para aguantarlo más.

viernes, 17 de agosto de 2012

27-7

Porque cuando menos te lo esperas sucede algo se enciende y ante ello empiezas a ver más posibilidades, como si fuese un nuevo mundo.
Y eso fue porque alguien te ha abierto los ojos, no eres capaz de comprender el cómo lo consiguió. Puede ser porque estaba en el momento justo y en lugar adecuado. Aunque a fin de cuentas no sabes que te hizo esa persona para hacerte confiar en esa persona. Lo piensas una y otra vez y eres totalmente incapaz de comprenderlo, esa situación se había repetido con otras personas pero algo te hizo cambiar de opinión y en vez de cerrarte decidiste abrirte a esa persona. Tenías miedo de meter la pata pero por suerte eso no pasó. Te alegras cada vez más de haber abierto la puerta de tu vida a esa persona y te preguntas que hubiera pasado si no o hubieses hecho.  Empiezas a comprender esa frase que dice: como tú no hay dos. También empiezas a valorar a un nivel extremo todas las conversaciones con esa persona porque no eres capaz de igualarlas con nadie.
Quizá haya sido el presunto destino el que hizo al final lo más importante, unir a dos personas. Hacer que a ratos no necesiten hablar tan si quiera mirarse porque se conoces de una forma tan... ¿mágica? que ya saben lo que piensa el otro.
Sí, leísteis bien magia. He escojido la palabra magia porque la magia no se puede describir, solo se siente y ya. Es algo fantasioso que parece totalmente ficticio pero es de cierta forma real . Hablar con esa persona te da una sensación similar a cuando la brisa marina sacude tu pelo suavemente mientras acaricia tu anuca, impacta sobre ella el viento y consigue que se te pongan los pelos de punta.
Empiezas a darte cuenta de que cuando esa persona no está algo falta. No es lo mismo y por mucho que quieras intentar que lo sea solo te intentas distraer con cosas y la mayoría de veces ni lo consigues. Te das cuenta de que poco a poco esa persona te está creando una dependencia hacia su persona.
Después temes de que todo desaparezca, que se haga añicos y con ello tú. Y luego tengas que buscar cachos en la hierba de todo eso que una vez fue tu vida... Temes a que esa persona como vino se pueda ir o a que con su ida revolucione todo lo que ya tenías formado en tu vida.  Temes al olvido o a que en verdad no signifique nada más que palabrerías que se dicen o se escriben sin importancia. Porque en verdad crees saber cómo piensa o actúa pero no puedes estar seguro al 100% de que esa persona hable de la misma manera que tú.
Pero luego lo dejas de pensar en ello porque te das cuenta que el momento merece la pena. Te das cuenta que cada segundo, cada minuto en el que pienses en ello es tiempo que pierdes en el que podrías haber hablado con esa persona. Porque esa persona ejerce una fuerza sin querer hacia ti que hace que a más o menos las tres de la mañana acabes de escribir esto mientras posiblemente esa persona duerma.

miércoles, 15 de agosto de 2012

sábado, 13 de Julio

Al día siguiente me arrepentí de haber quedado con todos, de no ser que había estada insistiendo toda la noche y fue a buscarme a casa no hubiese ido.
Raúl me estaba dejando impresionada. Nunca me había dado cuenta de que era un amigo de verdad hasta ahora.
Iba con él por la calle.
-¿Va a venir también él?
-Por lo que tengo entendido, sí.
-¿Ha hablado algo contigo de lo que le dije ayer?
-Le intenté sacar el tema pero me dijo que no quería hablar de ello.
-Siento no hablarte de otra cosa pero es que no tengo muy claro que hacer al verle.
-No te preocupes Sara, te comprendo. Si luego te sientes incómoda dímelo y me voy a dar una vuelta contigo. Si quieres, claro.
-Por su puesto que sí.
Me miró como nadie antes me había mirado. Cosa que me encanto, fue una mirada de cariño y sus ojos resplandecían. Me dejo abrumada con su sonrisa. Por unos instantes sentí unas ganas locas de besarle y creo que él también sintió ese impulso y por eso interrumpió el silencio.
Una parte de mí se tranquilizó pero otra parte seguía con unas ganas tremendas de… ¡¡BESARLE!! Estaba descuadrada.
-Mira, ahí están todos.
-Sí, si… ya veo.
Saludé a todos y por un momento saque de mi cabeza Raúl y dirigí mi mirada hacia Marcos. Las dudas tomaron el poder de mi mente. ¿Iba a cambiar nuestra amistad? ¿Me odiaba? ¿Sentiría él algo?
Esas preguntas y otras muchas rondaron mi cabeza durante los instantes más largos de mi vida. Estaba en un trance mirándole. Ese trance fue interrumpido cuando él me llamo.
-Sara, ¿puedes venir unos segundos?
-Claro.
Raúl me siguió con la mirada, a la vez lanzó una mirada a Marcos que no supe muy bien como interpretar.
Marcos me llevó a un parque alejad de donde estaba el resto. No sabía muy bien que cara poner, como actuar… era como si jamás hubiese hablado con él.
-Haber Sara, creo que tenemos que hablar sobre lo que me dijiste ayer porque no es justo para ti que la cosa se quede así.
-Agradezco tu consideración, creo.
Él no pudo contener una pequeña risa.
-Creo que no te correspondo.- pese que me lo esperaba me siguió decepcionando pero conseguí permanecer firme.-Pero tengo una cosa clara, quiero conservar tu amistad.
-Vale me parece bien, porque lo que no quería es que nada cambiase.
No pude permanecer mas allí, los dos nos habíamos quedado totalmente callados inmóviles en un silencio que dolía. Ese silencio hizo más daño que ninguna otra palabra y preferí irme.
Durante mi marcha las lágrimas se hacían cada vez más presentes en mi rostro. Raúl me llamo pero no quería que me viese llorar y decidí correr sin rumbo. Huyendo hacia algún sitio en el que sentirme un poco segura sin mucha gente, sin la compañía de nadie más que del viento y quizá el sonido de la brisa marina.
Fui al lugar donde le dije a Marcos lo que sentía, era el sitio más bonito que conocía. Posiblemente ese se podría considerar como mi lugar en el mundo.
No podía más, me senté en las rocas. Miré mis pies, había ido corriendo con las chanclas y me había hecho pequeñas heridas en el pie.
-Sara, te estaba llamando…
-Sí, te oí.
-¿Te ha dicho algo malo?- no respondí.- Pasa de él es un completo imbécil.
-¡Jope Raúl es que no me ha dicho nada malo! Me ha dicho lo que yo ya sabía lo que pasa es que no lo quería oír.
-¿Puedo hacer algo por ti?
-Darme tiempo… solo eso.
-Pues cuando pase ese tiempo ya sabes donde estoy.
-O quizás sea demasiado tarde.

-Nunca es demasiado tarde Sara.
Me marché a mi casa ya no podía más moralmente, esos días habían estado siendo los más duros que jamás recuerde.