domingo, 27 de enero de 2013
Todo el mundo sueña con que te digan algo así.
viernes, 25 de enero de 2013
Suele pasar
-Princesa he sido un idiota no puedo vivir sin ti eres lo mejor que me ha pasado y necesito que vuelvas a mi vida.
Esperas a que eso pase hasta que te das cuenta de que no lo hará y tiras a la basura sus promesas sus te quiero sin olvidar el para siempre que te prometió.
viernes, 18 de enero de 2013
Mi 16 cumpleaños. 10
-¿Por qué no me lo habías dicho antes?
-Porque al principio digamos que no eras demasiado amistoso conmigo.
-Me conociste en un tiempo muy malo. Perdón por todo lo que te hice.
-Te perdoné hace mucho, está olvidado.
Juntamos nuestros rostros, sentía su respiración sobre mí hasta que nuestros labios se fundieron en uno solo. Me encantaba el sabor de sus labios y su forma de abrazarme. Aquella romántica escena fue interrumpida por Lucía. La chocó verme con Asier pero aparentó normalidad.
-Tami, tienes que entrar ya. Todo el mundo se pregunta donde estás.
-Ahora entramos, gracias Lucía.-Miré a Asier y dirigiéndome a él dije.-¿Entramos juntos?
-Eso esta hecho.
Le cogí de la mano, me levanté y entramos juntos a mi fiesta. La inmensa mayoría se quedo mirándonos pasmados. Óscar reaccionó de otra forma muy distinta. Se dirigió hacia nosotros y me empujo, apartándome de Asier.
-¿Qué haces tío? La has hecho daño.

-La voy a tratar como se merece pero pídela perdón ahora.
-No me queda nada que hablarla ni decirla.
Asier estaba apunto de agarrarle para exigirle unas disculpas pero me acerqué a él rápidamente.
-Déjale, voy a ir a hablar con él.
-Vale pero ten cuidado, no está de muy buen humor..
-Lo tendré.
Le besé para intentar distraer su pensamiento, me estaba volviendo adicta a sus labios. Iba siguiendo el camino por el que fue Óscar, cuando me acerqué estaba empezando a llover. Óscar estaba afuera mirando hacia el lluvioso cielo. Grite con todas mis fuerzas.
-!!!Óscar¡¡¡
-¿Tamara?
Fui a su lado. La lluvia estaba apretando pero é permanecía inmóvil y yo a la vez prometí no alejarme de ahí sin él.
-No, soy el coco.
-Entra y déjame solo.
-No me voy a mover de aquí sin ti.
-Tamara ¿No lo entiendes? No quiero verte ¡Quiero que te vayas, me olvides y seas feliz!
-Pero no entiendo por qué quieres eso.
-Porque me he cansado de tus tonterías, chiquilladas y de ser tu puto pañuelo de lágrimas.
-Te equivocas no eres eso para mí.
-No seas cínica por favor.
Sus palabras me herían más que unas cuchillas desgarrando mi piel. Mis ojos comenzaron a empañarse y mi rostro se convirtió en un mar de lágrimas. Las cuales hacían carreras por mi cara y más tarde se confundían con la lluvia al caer.
-Te necesito.
-Lo que tú necesitas es una mascota, ahora vete a llorar donde tu novio.
-¿Quién eres tú y que has hecho son Óscar?
-Han cambiado muchas cosas en poco tiempo.
-Has cambiado solo tú.
-Las circunstancias, llámalo X.
-Si me voy sé que no volveremos a hablar.
-Eso es lo que quiero.
-Vale pero recuerda que si me necesitas llámame. No importa si estoy durmiendo, si estoy estudiando o no volvemos a hablar después de hoy, si necesitas hablar conmigo estaré ahí para ti. No importa lo grande o pequeño que sea tu problema siempre estaré.
-Lo que tú digas.
-Nunca te olvidaré.
-!!QUÉ TE VAYAS DE UNA VEZ!!

Las clases ya habían empezado y el frío se hacía notar por las calles. Diciembre se había presentado haciéndonos bajar de los armarios la ropa de abrigo del armario. Con Asier estaba viviendo mi propio cuento de hadas. Como sabía que me encantaba l película de 3MSC me llevó a una casa parecida a la de la película donde nuestros cuerpos se volvieron uno, uniéndonos por fin en cuerpo y alma. Cuando mi fiesta acabó llameé a Mateo y le conté todo, pese que estuviera muy lejos habíamos estrechado más nuestra amistad. En cambio, mi historia con Óscar no es como me hubiera gustado. Desapareció completamente de mi vida porque quiso pero seguía haciéndome mucha falta. Solía preguntar a Lucía por él y me decía que estaba bien pero sospechaba que me mentía para no preocuparme. Un día iba por la calle agarrada del brazo de Asier cuando recibí una llamada de Lucía.
-¿La quisiste?
-¡Estuve con ella, claro que la quise! -¿Y después de que todo se haya acabado la sigues queriendo?
-Aun que a veces me cueste reconocerlo, sí, la sigo queriendo.
-¿Y por qué no luchaste, por qué no hiciste algo para volver con ella?
-¿De qué me hubiera servido? Si yo sabía que a pesar de quererla tanto lo nuestro ya no podía ser, si a veces intentamos e intentamos aun sabiendo de que es inútil y llegamos a ese punto en el que nos damos cuenta de que ya fue suficiente, está de más decir que la amé, que lo que viví con ella fue hermoso y que como se lo prometí más de una vez no la voy a olvidar nunca, y quizás ella hoy me odie, quizás todas sus amigas me odien porque piensan que soy un gilipollas que al poco tiempo de dejarlo con ella andaba con otras chicas, que nunca la quise, y todas esas estupideces que dice la gente, pero nadie sabe lo mal que yo la lo pasé por ella, nadie tiene una idea de las sonrisas que me sacaba con el simple hecho de hablarme por chat, y puede ser que sí me haya equivocado, que algunas cosas, bueno muchas cosas, las haya hecho mal, pero la quería, de verdad la quería. Y eso se lo puedo discutir a quien sea porque en un tiempo intenté fingir que ella no me importaba, que ella era libre de hacer su vida y yo la mía, por un tiempo creí haber superado todo lo vivido, hasta que la ví, la ví riendo con sus amigas, la vi muy feliz y entendí que por más que pasé el tiempo nunca dejaré de quererla, nunca podré olvidarla completamente y ya que ha pasado un tiempo, que ya he crecido bastante puedo decirte que la amé, que fui el hombre más afortunado y a la vez el más estúpido del mundo por haberla perdido, que quizás tenía que haber puesto más de mi parte y haber remado un poco más, pero las cosas fueron así, hay relaciones que no tienen salvación, y el querernos tanto nos hizo mal, por eso la dejé ir…
-No sé si la persona con la que está la merece o no, ¿quién soy yo para decirte eso? La hice sufrir tantas veces que sería un idiota si opinara con respecto a se relación, pero a la persona con la cual está hoy, solo le pido que la cuide, que la ame, que la respete, que no la haga sufrir, que la saque tres sonrisas por cada lágrima que yo la saqué y si ese hombre es capaz de hacer eso, si esa persona puede hacerla feliz y amarla la mitad de lo que la amé yo… tiene todo mi respeto y de corazón y con lágrimas en los ojos puedo desearlos lo mejor.
martes, 15 de enero de 2013
Mi 16 cumpleaños.9
-¡Hey! Tam gran fiesta.
-Ya… muchas gracias.
-¿Te ha pasado algo?
-Nada, bueno sí, ¿conoces a Óscar?
-Conozco a un porrón de chicos que se llaman Óscar. ¿Cómo se apellida?
-Óscar Fernández Montes.
Se quedó blanco
-Sí, le conozco, ¿qué pasa con él?
-La verdadera pregunta es que te ha pasado a ti con él.
-Nada que quiera recordar…
-Asier por favor necesito saberlo.
-No puedo negarte nada. Ven a un sitio más tranquilo.
-Sí, mejor porque apenas te oigo.
Nos salimos del Pub y fuimos a un banco cercano.
-Cállate anda.
-Es que o te lo decía o me volvía loco.
-Bueno vayamos al grano, ¿qué te pasó con Óscar?
-Haber, él y yo éramos grandes amigos. Mis padres me llevaban a su casa y sus padres le traían a la mía a dormir y demás. Cuando fuimos creciendo éramos uña y carne pero cada vez más distintos, polos opuestos. Hasta que un día a los 13 años vino donde mí a provocarme, me llamó ladrón, chulo, prepotente, mezquino… nunca me habían dolido tanto las palabras de nadie. Le dije que se tranquilizara, que se callase pero no lo hacía, así que, no pude contenerme más y le pegué un puñetazo rompiéndole el tabique nasal. Me arrepiento pero le avisé y seguramente que si hoy pasara lo mismo reaccionase igual. Desde entonces no volvimos a hablar, él por su lado y yo por el mío por un bulo que le metieron por las orejas…
-Vaya.
- Una razón por la que no te lo quería contar era porque temo a que cambies el concepto en el que me tienes.
-Pues tranquilo, no lo he hecho.
-Eso es lo que me vuelve loco de ti.
-¿El qué?
- Que no juzgas a las personas, las descubres sin hacer caso aparentemente a lo que dice el resto.
-Creo que hoy es la primera vez que te veo serio de verdad.
-Eso se debe al efecto que causas en mí.
-¿Eso es bueno?
-Sí porque contigo pienso más despacio midiendo mis palabras. Al principio te trataba como a cualquiera, tu sonrisa me ponía nervioso.
-Nunca antes alguien me había dicho eso.
-No, me refiero a que tu sonrisa me hacía y me hace temblar.
-Soy como la fiebre hago que te entren escalofríos.
-Eso suena un poco mal.
-Es que aún tengo que pulir las cosas bonitas que decir a una chica bonita. Normalmente digo burradas.
-Vas mejorando.
Nos echamos a reír, yo estaba intentado quitar hierro al asunto y evitar que se sintiera incómodo. Imaginaba por donde iban los tiros y lo que temía a decir. A la vez le veía nervioso e inseguro lo que me resulto gracioso.
-No te creas, mediante me voy oyendo me voy sintiendo más ridículo.
-Pues a mi amigo el banco y a mí no nos lo parece.
-Entonces ahora del tirón. Tamara, me he cansado de que todo el mundo tenga una idea preconcebida de mí. Sé que es la imagen que yo mismo me he creado pero estoy cansado de ser el chico que pega al que le discute algo. El chico por el que la gente se cambia de acera por la calle. Esa imagen pesa más de lo que mis hombros pueden aguantar. Quiero que el resto me vea como me ves tú. Necesito sentar la cabeza, te necesito.
-A mí no me necesitas, solo tienes que ser tú mismo, el chico que está sentado conmigo ahora mismo.
-Es que tú consigues calmarme, cuando no estoy contigo se me va la pinza y desfaso sin medir mis palabras o mis actos, no pienso y ya me la he jugado demasiadas veces.
-Sí que piensas, pero como te da igual lo que opine el resto haces lo que quieres y ya está.
-Me gustaría hacer lo que quiero ahora mismo.
-¿Qué quieres hacer?
-Salir de aquí llevarte a nuestro sitio para besarte y susurrarte al oído que te quiero mientras nos tumbamos contando estrellas juntos.
Sus ojos brillaban más que las estrellas del cielo y una fuerte atracción me llevaba hacia sus labios. Nunca me había relajado tanto con él, me ponía nerviosa al verlo. Esas mariposas en el estómago que me provocaban un gran hormigueo. Eso me empezó a suceder cuando le conocí. Me había enamorado día tras día sin darme cuenta de él. Reconocía que no era para nada del tipo de chicos con los que había salido antes. Me consolaba pensando en esa gran frase que sentía que estaba hecha para mí: el corazón tiene razones que la propia razón desconoce. Así que, iba a dejarme llevar por mis sentimientos, a dejar de tener todo controlado, a no pensar en el mañana, solo hoy. Le besé, le abracé mientras su sonrisa era cada vez se podía observar mejor en su rostro.
-Asier, te quiero desde hace mucho tiempo.
viernes, 11 de enero de 2013
Mi 16 cumpleaños.8
Mi hermana entró a la habitación donde yo me encontraba.
-Aquí la única princesa que hay eres tú.
-Yo de mayor también quiero vestirme así.
-A ti te pondremos corona.
La cogí en brazos cuando entró mi madre.
-Te ves preciosa, me encanta como te ha peinado.
-Me quedé boquiabierta al verme.
-¿Qué tal estás?
-Pues ni lo sé… Lo de Mateo me pillo totalmente desprevenida, ¿tú lo sabías?
-Me lo explicó por teléfono y me pidió permiso para invitarte a comer, no pude negarme. Además me pareció un chico simpático y educado.
-Lo es, es genial, no conozco a nadie como él.
-¿Otro?
-Sí, pero este seguramente sea el que más ilusión te haga.
Me dio un sobre y pensé que sería otra carta de Mateo.
-¿Qué es?
-Ábrelo para descubrirlo.
Seguí sus indicaciones abrí aquél sobre. ¡Era un billete de avión! Con destino a Madrid.
-Yo… No sé ni que decir.
-No digas nada, guárdalo en tu cuarto y vámonos ya, que van a empezar la fiesta sin nosotras.
La abracé diciendo ‘‘Gracias’’ y llevé el billete a mi cuarto y lo dejé en la cómoda. Pero con las prisas se me cayó el bolso al suelo, he de admitir que mi torpeza era única. Todo quedó repartido por el suelo e intente recoger todo rápidamente. Había una carta, como lo sabía que no se iría sin dejarme una carta como cada vez que quedábamos.
Hola Tamara, ya sabes mi singular costumbre de dejarte notitas, cartas, WhatsApps… Esta vez mi carta no será para decirte lo guapa que estabas o para quedar otro día, será mi carta de despedida. Lo que me da bastante miedo, eres la mejor persona que he conocido y ahora me tengo que ir. Me acaban de dar la noticia de mi beca y aun que me resulta duro tengo que aceptarla o nunca podré estudiar lo que de verdad me gusta. Ahora soy incapaz de pensar en lo bien que me lo pueda pasar, solo pienso que tengo miedo de dejarlo todo, miedo de dejarte a ti. Espero que cuando leas esto ya haya tenido el valor de decirte lo que siento por ti y si no espero que te hagas una idea. Quiero que sepas que no me iré para siempre, ni mucho menos, todo lo contrario te prometo que volveré a por ti. No te pido que me esperes porque seguramente no sientas por mi lo que yo siento por ti, tan si quiera sé lo que sientes…Pero quiero que sepas que si no me quieres no tienes por qué hacerlo, no quiero obligarte a nada tras mi marcha, pero tampoco quiero que un puñado de kilómetros me separen de ti. Mierda, encima me voy el día de tu cumpleaños, espero que lo comprendas y me perdones, a cambio, intentaré compensarte con una divertida tarde. Te llamaré en cuanto pueda. Felicidades princesa, y recuerda que esto no es un adiós, solo es un hasta luego.
Un besazo, Mateo.
Esa carta me puso los pelos de punta y el corazón en los pies pero no podía llorar, solo sonreía porque esa carta era otra garantía de que le volvería a ver. Lo que me alegró aún más. Dejé la carta junto al billete, donde nadie la viera y bajé en busca de mi madre.
-¡Cuanto tardabas! Vamos ya que es tarde.
Cogí aire y lo solté lentamente. Ya estaba preparada para todo. Era el momento de escoger mi propio destino y cambiar mi camino. No tenía nada claro, las últimas horas habían cambiado todo. Cada vez por mi cabeza pasaba una idea distinta de lo que de verdad quería, ya no estaba segura de nada… Subí al coche y empecé a pensar en absoluto silencio, cada uno de ellos tenía un pro y un contra:
● Con Asier podría descubrir un nuevo mundo por ahora desconocido para mí pero quizás su bipolaridad acabara dañándome.
● Con Óscar era un simple todo o nada, o me hacía feliz para siempre o acabaría sin mi mejor amigo.
● Con Mateo las cosas sería muy difíciles pero conseguiría hacerme sentir como nadie.
Al llegar al Pub que había reservado aquella noche me quedé asombrada, no esperaba que la gente me estuviera esperando en la entrada. Con los nervios a flor de piel bajé del coche mientras sonaba una versión del cumpleaños feliz. Mientras iba entrando pude reconocer a Lucía y a Óscar que iban impolutos y elegantes, también vi a Asier, estaba irresistible con ese traje, nunca le había visto tan guapo. Empezó la fiesta, me cambié de vestido y me uní a ella. Busqué a Óscar para ver como actuaría conmigo.
-Te queda muy bien el traje.
-Ya…
-¿Sigues mosqueado?
-¿Yo? No, para nada, tú sabrás.
-Jope Óscar no sé que hacer.
-Solo mírale, ahí le tienes con una rubia. No le saludes ahora al pobre, a ver si le cortas el rollo, o mejor ve donde él por si se ha cansado ya de ella.
-He venido a saludarte a ti pero eres un cretino.
-Lo sé, gracias, me has saludado puedes irte ya.
-No sé si te das cuenta o no pero no te he hecho nada para que me trates así.
-Tú cambias y yo cambio. Rápido, fácil, sencillo y para toda la familia.
-No he cambiado ¿qué pasa? ¿No puedo llevarme bien con él porque tú quieras?
-Veo que poco a poco vas captando la idea.
-No me hagas escoger.
-Es sencillo, un amigo de toda la vida o un Kinki.
-Óscar, no me hagas esto.
-Necesito saber quién te importa más.
-¿Crees que esta es la mejor forma?
-Quizás no, pero si la mejor que se me ocurre.
-Por favor, no seas así.
-Tarde, ya soy así y parece que tu amigo ya viene, me piro.
No me dio tiempo tan si quiera a despedirme.
jueves, 10 de enero de 2013
Prueba de todo hasta que no te quede nada por probar
jueves, 3 de enero de 2013
Te daras cuenta
No lo entiendo...
Soy incapaz de comprender esa manía que tiene mucha gente de quitarse de tu vida porque opinan que es lo mejor para ti. Eso junto al mítico no eres tu, soy yo o el es que no soy lo suficiente bueno para ti. ¿De dónde sale ese repentino interés? Normalmente nos lo dicen para quitarle hierro al asunto o hacernos sentir mejor con una situación supuestamente menos dura. Lo triste es que ahora se ha puesto de moda y es una frase mítica, no es por ti pero es por mi, es que no soy lo suficiente bueno. Esas frases que te dicen porque no son capaces de mirarte a la cara y decirte: ya no siento esas incontrolables ganas de besarte y cuando te miro solo te veo a ti, no a la chica que quiero. Dan mil rodeos al mismo asunto para intentar no sentirse culpable. En verdad no es su culpa, el sentimiento esta muerto para uno de los dos aun que inexplicablemente la mayoría de veces en las que muere el sentimiento es porque aparece otra persona que llama nuestra completa atención y nos preparamos para luchar por esa nueva y supuesta mejor persona.
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